Hoy he escuchado una teoría que distingue a los seres humanos en dos tipos: leones y hienas. Básicamente, los leones lo forman un grupo reducido de «privilegiados» que son los «reyes de la jungla» y han logrado esta condición por unas cualidades que la naturaleza les ha proporcionado y que les permite tener más privilegios que el resto y conseguir todo lo que se propongan. Las hienas serían el resto de mortales, que privados de esos dones deben luchar y hacerse un hueco para conseguir ascender muy lentamente en la larga y estrecha escala social.

Esta teoría tiene ciertas similitudes con las premisas del Marxismo originario; se diferencian quizá en que el capataz no controla los medios de producción, sino que concentra en su persona la sabiduría, el poder y la suerte, pudiendo disponer de ellos a su antojo.

Visto de esta forma todo el mundo querría ser un león, pero hay que tener en cuenta el gran inconveniente: «un gran poder conlleva una gran responsabilidad», o como dice la Biblia: se te pedirán cuentas de tus talentos.

Por desgracia o por fortuna, yo no me puedo considerar un león y tampoco estoy seguro de querer serlo, así que me tendré que conformar con encarnar a la hiena; pero eso sí, no una hiena que se conforme con los restos de carne de los cadáveres que se encuentra a su paso, sino una hiena que quiere comer el jamón serrano, el lomo adobado, la ternera asada, el pollo frito y las hamburguesas con queso…

«Near the village, the peaceful village, the lion sleeps tonight.»
Hoy mi canción es: «The Lion Sleeps Tonight» The Tokens

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