por Daniel Lozano | May 9, 2020 | Basado en historias reales, Historia del futuro, Historias cortas para reflexionar
Me desperté con una extraña sensación de descanso, tan poco habitual, que asumí que me había quedado dormido. Todavía sin abrir los ojos percibí un cierto nerviosismo en el ambiente, que quedaba parcialmente ahogado por las persianas de mi habitación.
por Daniel | Dic 20, 2012 | Historia del futuro, Historias cortas para reflexionar
Apagué la televisión y subí a la terraza. El cielo enrojecido, como herido de muerte, era el preludio de la oscuridad, que no tardaría en llegar. Las nubes se cernían sobre el horizonte como un telón que desciende lentamente preparando a los espectadores para el aplauso final.
por Daniel | Ago 27, 2011 | Historia del futuro, Presente de subjuntivo, Relatos cortos de amor
Caminaba por la casa, de una habitación a otra, del salón a su cuarto, de la cocina al balcón. Iba despacio con la mirada fija en esos pensamientos, que muy cerca del suelo, le marcaban el trayecto. En la mano sostenía una taza de café, que poco a poco había comenzado...
por Daniel | May 31, 2011 | Historia del futuro, Historias cortas para reflexionar, Presente de subjuntivo
Pensaba que a estas alturas, la vida ya había perdido toda capacidad de sorprenderle. Su propio historial de momentos que habían marcado una diferencia o habían tenido algún significado, así lo confirmaba. Al final llegaba a la conclusión de que daba igual cuánto se esforzara por imaginar o predecir el siguiente paso, siempre surgía un imprevisto que mejoraba sus pronósticos.
por Daniel | Abr 9, 2011 | Historia del futuro, Historias cortas para reflexionar
Pasaban veintitrés minutos de la hora anunciada, cuando surgieron los primeros rumores de que no se presentaría. La situación era demasiado tensa como para arriesgarse a mostrarse en público, pensaban unos, probablemente no estaría ni siquiera en la ciudad, especulaban otros.
por Daniel | Mar 10, 2011 | Historia del futuro, Historias cortas para reflexionar, Presente de subjuntivo
Sonó el despertador y sus párpados comenzaron a desatar lentamente las cuerdas del sueño para abrirse a la luz de la realidad. Deslizó las cortinas, abrió la ventana y el aire refrescante de la mañana recién estrenada despejó su ánimo, borrándole las ganas de volver a la cama.