
Primero percibí las notas de un órgano. De fondo, el incómodo murmullo de la gente, emocionada, nerviosa. Ninguna de aquellas voces me era conocida, pero seguí escuchando atentamente. Mis ojos aún no reaccionaban, sólo oscuridad.
Poco a poco fui sintiendo mis manos, se enlazaban detrás de la espalda, sudaban. Después me di cuenta de que estaba de pie, mis piernas temblaban incontroladas. Mi corazón latía a gran velocidad, la respiración le seguía en la carrera.
Traté de hacer memoria, intentando recordar lo último que había hecho, y qué me podía haber llevado a esa situación, pero nada, no pude encontrar ninguna referencia que aclarase mis dudas. Me sentía confuso, inseguro, vulnerable, llegué a sentir miedo.
De repente, el órgano dejó de sonar, la gente comenzó a guardar silencio, yo permanecí inmóvil, cada vez más impaciente. A ambos lados sentía la presencia de dos personas, una tercera se incorporó delante de mí. Se puso a hablar pero no entendía lo que decía, hasta que dijo mi nombre en voz alta. Entonces se me abrieron los ojos.
Primero sólo eran sombras difuminadas e indefinidas que se abrían paso entre la oscuridad. Después empecé a distinguir la luz, los colores y las sombras tomaron forma humana. Mire al frente y vi a un hombre que leía un libro enorme en voz alta, él es el que había dicho mi nombre. Como seguía sin poder entenderle miré a mi derecha y ahí había una mujer, vestía muy elegante, estaba llorando. Giré la cabeza para mirar a la persona que estaba a mi izquierda, pero por el camino advertí mi propia vestimenta: zapatos relucientes, chaqué impecable, camisa blanca, gemelos, corbata azul cielo. Me asusté.
Empecé a comprender la situación, pero no tenía sentido. Mis sospechas se cumplieron cuando miré a la persona que tenía a mi izquierda. Un voluminoso traje blanco, radiante, precioso, cubría una delicada figura, cuyo rostro estaba cubierto por un velo, impidiéndome ver con quién estaba a punto de casarme.
Las palabras del cura se hicieron inteligibles para mi desgracia: «¿… en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de tu vida?» Diciendo esto, levantó la vista del libro y me miró a lo ojos. Se hizo el silencio absoluto en la iglesia y sentí cientos de miradas impacientes clavándose en mí.
No puedo precisar cuánto tiempo pasó porque perdí toda sensación de temporalidad. Tenía que tomar la decisión más importante de mi vida, sin tener ni la más mínima información de la persona con la que iba me iba a atar de por vida.
Aunque no pudiese recordarlo, el simple hecho de estar en esa situación tenía que ser una señal de que esa desconocida era alguien muy especial para mí.
Volví a mirar a mi izquierda, mi «futura esposa» me devolvió la mirada y pude desvelar sus rasgos, tenía pelo negro, reflejo de unos ojos que contenían una mirada profundísima; hermosa toda ella, me di cuenta de que no la había visto en mi vida consciente. Cambió la expresión de su cara al verme, debió leer el miedo y la duda en mi cara. Me cogió de la mano para ayudarme a dar el salto, pero yo continué callado y sus ojos empezaron a temblar como la llama de una vela antes de ser apagada de un soplido certero.
Los rumores y comentarios de los invitados no se hicieron esperar, ahí estaba mi familia, mis amigos, algunos a los que ni siquiera recordaba.
Sentí que tenía que dar una respuesta y no podía prolongar más la espera. Tomé aire, respiré hondo y mientras las palabras se desvanecían en mis labios, desperté.
Los estudiosos de la Onirología dicen que si sueñas con tu propia boda, estando soltero, es señal de cambios favorables en tu vida.
Amén a eso.
«Whenever I want you, all I have to do is dream, dream, dream, dream, dream, dream, dream, dream».
Hoy mi canción es «All I have to do is dream» Roy Orbison
asi k ya conseguiste verle la cara a tu «futura esposa» xD¿? pos es un paso xk recuerdo k cuando m lo contabas nunca conseguias verle el rostro.
spero k l onirologia diga l verdad y a todos los k hemos soñado alguna vez con este momento nos cambie un poco a mejor nuestras vidas, xk x l menos a mi, me hace falta.
k sepas k soy un seguidor de tu blog y k ya era hora de k te pusieras las pilas. sigue asi!!
Un saludo
Hola ‘anónimo’, jeje. Muchas gracias por tus ánimos, intentaré ser constante.
La verdad no sé que es lo peor si no verle la cara, o vérsela y no reconocerla, de todas formas, creo que puedo dormir tranquilo.
Estoy convencido de que dentro de poco tendrás un golpe de suerte y podrás seguir tu camino. Tú sigue pidiendo, 😉
Un abrazo muy fuerte!